
Los humedales son cruciales para la supervivencia humana y la biodiversidad. Estos entornos ricos y diversos no solo albergan una gran variedad de vida animal y vegetal, sino que también desempeñan un papel vital en la regulación del clima, el ciclo hidrológico y el suministro de agua dulce.
Los humedales son zonas de transición poco profundas entre ecosistemas terrestres y acuáticos, que se encuentran comúnmente en llanuras inundables adyacentes a ríos y lagos. También pueden existir humedales aislados, alimentados por aguas subterráneas.
Éstos sistemas desempeñan un papel vital en la recarga de las aguas subterráneas, la mitigación de los efectos del cambio climático y el suministro de alimentos. Además, brindan una protección crucial contra inundaciones y erosión. Por lo tanto, la red de humedales protegidos es un componente esencial de nuestro patrimonio natural y exige una conservación diligente.
La Convención RAMSAR, un tratado internacional centrado en la conservación de los humedales, define estos como áreas de la superficie terrestre que están temporal o permanentemente inundadas, reguladas por factores climáticos y en constante interacción con los organismos que las habitan.

Importancia del agua en los humedales
El agua es el factor determinante en el ecosistema de los humedales, controlando tanto la flora como la fauna. Por lo tanto, el suelo debe permitir la saturación de agua estancada o corriente durante un período considerable para mantener las condiciones necesarias para el crecimiento de las plantas y proporcionar un hábitat adecuado para la fauna.
Los humedales se caracterizan por su gran diversidad biológica, albergando una amplia variedad de flora y fauna. Pueden mantener vegetación acuática flotante o sumergida, convirtiéndolos en hábitats ricos para plantas y animales, desde pequeños invertebrados hasta grandes aves.
Son hogar de mamíferos como pumas, peces, aves, reptiles como cocodrilos y caimanes, anfibios, insectos y muchos invertebrados. Algunos mamíferos grandes como el tigre de Sumatra y el tigre malayo habitan en estos ecosistemas.

Beneficios de los humedales para la biodiversidad
Los humedales son ecosistemas esenciales que albergan una gran variedad de flora y fauna, incluyendo pastos marinos, lirios acuáticos, mangle, arce y ciprés.
Estos entornos naturales nos proporcionan agua dulce, alimentos, materiales de construcción y biodiversidad. También desempeñan un papel crucial en el control de crecidas, la recarga de aguas subterráneas y la mitigación del cambio climático.
Actúan como barreras protectoras contra inundaciones, sequías y otros desastres naturales, y su capacidad para almacenar carbono los convierte en un elemento clave para combatir el cambio climático y promover el desarrollo sostenible.
A pesar de su importancia, los humedales están desapareciendo a un ritmo alarmante. Se estima que desde 1700 se ha perdido hasta el 87% de los humedales del mundo, y la pérdida de estos ecosistemas es tres veces más rápida que la de los bosques naturales. Esta degradación ha provocado una disminución del 81% en las poblaciones de especies de humedales continentales y del 36% en las especies costeras y marinas desde 1970.
Es crucial que gobiernos, instituciones y personas tomen medidas para conservar y proteger estos valiosos ecosistemas. Incluso las acciones más pequeñas pueden marcar la diferencia.
Al adoptar hábitos respetuosos con el medio ambiente y apoyar iniciativas como el Día Mundial de los Humedales, podemos contribuir a la protección de estos entornos naturales y garantizar su supervivencia para las generaciones futuras.

El Día Mundial de los Humedales
El Día Mundial de los Humedales, que se celebra el 2 de febrero, nos recuerda la importancia vital de estos ecosistemas para la humanidad y la necesidad urgente de conservarlos.
La degradación y pérdida de los humedales tiene graves consecuencias para la calidad y el acceso al agua, la seguridad alimentaria, la biodiversidad y la capacidad de la Tierra para secuestrar carbono.
Proteger los humedales es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y la Neutralidad en la Degradación de la Tierra.